Nulla dies sine linea o 'ningún día sin una línea'. Este proverbio se atribuye a Cayo Plinio Cecilio Segundo, también conocido como Plinio el Viejo, escritor, científico, militar y naturalista romano (23 - 79 d. C.), que contaba la historia del griego Apeles de Colofón, pintor oficial de Alejandro Magno, quien según parece no pasaba ni un día sin dibujar aunque sólo fuera una línea.
Si bien tradicionalmente se ha aplicado a los escritores, aconsejándoles que no deben dejar pasar un día sin escribir un renglón, desde el punto de vista simbólico, esta actitud convertida en aforismo hace referencia a que es un día perdido aquél en el que no se hace algo de provecho. Incluso, era la frase favorita de Beethoven, quien la escribió junto a algunas de sus partituras.
!Cuántas veces habremos oído esa expresión! ¿Qué es hacer algo de provecho? ¿Marcarse objetivos en la vida? ¿Son necesarios? ¿Quién no se los ha propuesto al menos alguna vez? ¿O siquiera lo ha intentado? Conseguirlos ya es otra cosa. Necesitamos la convergencia de múltiples factores para que se hagan realidad nuestras aspiraciones, personales o profesionales, o de la índole que sea.
La vida nos ofrece potentes herramientas que nos ayudan a intentarlo: la educación, el esfuerzo, el trabajo,...Y, en ocasiones, se nos olvidan otras vías como la deducción, la indagación, la experimentación o la curiosidad, a veces, olivdadas. En el mundo de los cortos sucede algo parecido. Estas aptitudes son fundamentales y necesarias para llevar a buen término un cortometraje. Lo contrario sería un error.
Pero Plinio el Viejo, nuestro protagonista de hoy, no sólo es el autor de la frase que encabeza este post, a él también se le atribuye la sentencia Difficile est tenere quae acceperis nisi exerceas, es decir, 'para retener lo aprendido hay que practicar'. Siempre es recomendable releer a los clásicos. Después de ellos, poco. O casi poco.
Si bien tradicionalmente se ha aplicado a los escritores, aconsejándoles que no deben dejar pasar un día sin escribir un renglón, desde el punto de vista simbólico, esta actitud convertida en aforismo hace referencia a que es un día perdido aquél en el que no se hace algo de provecho. Incluso, era la frase favorita de Beethoven, quien la escribió junto a algunas de sus partituras.
!Cuántas veces habremos oído esa expresión! ¿Qué es hacer algo de provecho? ¿Marcarse objetivos en la vida? ¿Son necesarios? ¿Quién no se los ha propuesto al menos alguna vez? ¿O siquiera lo ha intentado? Conseguirlos ya es otra cosa. Necesitamos la convergencia de múltiples factores para que se hagan realidad nuestras aspiraciones, personales o profesionales, o de la índole que sea.
La vida nos ofrece potentes herramientas que nos ayudan a intentarlo: la educación, el esfuerzo, el trabajo,...Y, en ocasiones, se nos olvidan otras vías como la deducción, la indagación, la experimentación o la curiosidad, a veces, olivdadas. En el mundo de los cortos sucede algo parecido. Estas aptitudes son fundamentales y necesarias para llevar a buen término un cortometraje. Lo contrario sería un error.
Pero Plinio el Viejo, nuestro protagonista de hoy, no sólo es el autor de la frase que encabeza este post, a él también se le atribuye la sentencia Difficile est tenere quae acceperis nisi exerceas, es decir, 'para retener lo aprendido hay que practicar'. Siempre es recomendable releer a los clásicos. Después de ellos, poco. O casi poco.
Francesc M. López
Fuente: http://blog.rtve.es/somoscortos/2010/07/nulla-dies-sine-linea.html
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